Un estudio del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) revela que la pérdida de función de los linfocitos T CD4 altera la microbiota intestinal, acelerando el envejecimiento celular y aumentando el riesgo de enfermedades múltiples. La investigación, publicada en la revista Science Immunology, demuestra que estos linfocitos son esenciales para mantener la barrera intestinal y su deterioro puede desencadenar inflamación crónica y multimorbilidad. Al trasplantar linfocitos T CD4 jóvenes a ratones envejecidos, se restauró el equilibrio intestinal y se redujo la aparición de enfermedades. Estos hallazgos sugieren nuevas terapias para promover un envejecimiento saludable y prevenir enfermedades relacionadas con la edad.
Una reciente investigación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha revelado que la pérdida de función de los linfocitos T CD4 puede alterar significativamente la microbiota intestinal, lo que a su vez acelera el envejecimiento celular y aumenta el riesgo de desarrollar múltiples enfermedades. Este estudio, publicado en la revista Science Immunology, ha sido llevado a cabo por un equipo científico que ha demostrado la efectividad de una terapia celular en ratones.
Los linfocitos T CD4 son cruciales para mantener la integridad de la barrera intestinal, un mecanismo defensivo que impide el paso de bacterias y toxinas al resto del organismo. Sin embargo, cuando estas células pierden funcionalidad debido al envejecimiento, se produce un debilitamiento en esta barrera, alterando el equilibrio con la microbiota, lo que desencadena problemas como inflamación crónica y multimorbilidad.
A medida que las personas envejecen, su sistema inmunológico se vuelve menos efectivo, lo que se traduce en una respuesta disminuida ante nuevas infecciones y vacunas. Además, este deterioro provoca inflamaciones descontroladas. Esta condición persistente, denominada inflammaging, está asociada con diversas enfermedades cardiovasculares, neurológicas y metabólicas. Anteriores investigaciones lideradas por María Mittelbrunn ya habían señalado cómo el mal funcionamiento de los linfocitos T contribuía a este proceso inflamatorio.
En esta nueva fase del estudio, los investigadores se centraron en cómo el envejecimiento de los linfocitos T afecta específicamente la salud intestinal. “Observamos que estos linfocitos perdían capacidad para controlar la inflamación y proteger la flora intestinal, lo que resultaba en una alteración de la microbiota y daño a la barrera intestinal”, explicó Manuel Montero Gómez de las Heras, investigador del CSIC en el Centro de Biología Molecular Severo Ochoa (CBM-CSIC-UAM).
Ante estos hallazgos, el equipo decidió experimentar con una posible solución: trasplantar linfocitos T CD4 jóvenes y funcionales a ratones envejecidos. Los resultados fueron prometedores; esta terapia restauró el equilibrio intestinal y evitó tanto la inflamación crónica como el deterioro asociado al envejecimiento. La transferencia del subtipo regulador de estas células (Tregs) también demostró ser efectiva para mantener la salud intestinal.
“Estos resultados respaldan la teoría del premio Nobel Elie Metchnikoff, quien sugirió que el declive en la salud durante el envejecimiento era consecuencia de una inflamación sistémica provocada por la ruptura de la barrera intestinal”, añadió Montero Gómez de las Heras.
Este trabajo abre nuevas vías para terapias destinadas a reforzar el sistema inmunitario intestinal con miras a promover un envejecimiento más saludable y prevenir enfermedades relacionadas con la edad. La investigación fue realizada por un equipo del Centro de Biología Molecular Severo Ochoa junto a colaboradores de la Universidad de Michigan (EE.UU.) y el Instituto de Investigación en Ciencias de la Alimentación (CIAL, CSIC-UAM), recibiendo apoyo financiero del Consejo Europeo y del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades.
Los investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) encontraron que la pérdida de función de los linfocitos T CD4 altera la microbiota intestinal, lo que acelera el envejecimiento celular y aumenta el riesgo de enfermedades múltiples.
El envejecimiento de los linfocitos T CD4 disminuye su capacidad para controlar la inflamación y proteger la flora intestinal, lo que provoca un daño en la barrera intestinal y una diseminación de bacterias por el resto del cuerpo, acelerando así el envejecimiento y aumentando el riesgo de enfermedades múltiples.
El 'inflammaging' es una inflamación persistente asociada con el envejecimiento que se ha relacionado con diversas enfermedades. Esta investigación demuestra que el mal funcionamiento de los linfocitos T contribuye a este proceso inflamatorio y a la multimorbilidad.
Los investigadores probaron trasplantar linfocitos T CD4 jóvenes y funcionales en ratones envejecidos, lo que restauró el equilibrio intestinal, evitó la inflamación crónica y redujo la aparición de enfermedades múltiples.
Este trabajo abre nuevas posibilidades para desarrollar terapias que refuercen el sistema inmunitario intestinal, promoviendo un envejecimiento más saludable y previniendo enfermedades asociadas a la edad.