Yolanda Díaz, ministra de Trabajo y Economía Social, junto al ministro de Cultura, Ernest Urtasun, ha presentado una nueva propuesta para regular el trabajo de artistas y técnicos en las artes escénicas, audiovisuales y musicales. Esta iniciativa busca mejorar las condiciones laborales en un sector históricamente asociado a la precariedad. La propuesta incluye la regulación del trabajo de menores en actividades artísticas, garantizando sus derechos y estableciendo normas claras. Además, se incorporan derechos relacionados con la propiedad intelectual frente a la inteligencia artificial, asegurando que los artistas mantengan control sobre su imagen y obra. La norma también prevé comisiones para evaluar y fomentar la transición profesional en el sector cultural.
La ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz, junto al ministro de Cultura, Ernest Urtasun, han dado a conocer una nueva propuesta destinada a regular la relación laboral de artistas, técnicos y auxiliares en el ámbito de las artes escénicas, audiovisuales y musicales. Esta iniciativa busca establecer un marco legal que garantice los derechos de estos profesionales, quienes desempeñan un papel esencial en la creación cultural.
Díaz subrayó la importancia del trabajo artístico, afirmando que “la cultura no cae del cielo, no se improvisa, no se regala, no se clona: es el fruto de miles de personas que hacen un trabajo maravilloso y fundamental y que han de tener derechos”. Esta declaración resalta la necesidad de reconocer y proteger a quienes contribuyen significativamente al sector cultural.
La propuesta es una continuación de los esfuerzos realizados durante la anterior legislatura, donde se lograron hitos como la inclusión de los técnicos dentro del colectivo artístico y la modernización del concepto de espectáculo público. También se han incorporado prestaciones adicionales y se ha ampliado la representatividad sindical.
El ministro Urtasun destacó que este nuevo impulso al Estatuto del Artista permitirá avanzar significativamente en la mejora de las condiciones laborales en el ámbito cultural. “Vamos a seguir defendiendo la mejora de las condiciones de trabajo del mundo de la cultura porque tenemos una prioridad muy clara que es que la cultura deje de estar asociada a la precariedad laboral”, afirmó.
Durante la presentación también estuvieron presentes figuras clave del sector, como Sylvia de Pé, presidenta de la Unión de Actores y Actrices; Isabel Vidal, vicepresidenta de la Federación Estatal de Asociaciones de Empresas de Teatro y Danza; y Ana Pineda, directora general del sindicato ALMA. Todos coincidieron en calificar esta normativa como una “norma madre” para el sector.
El texto propuesto incluye innovaciones desarrolladas en diálogo con los profesionales del sector. Por primera vez, se regula legalmente el régimen específico para la participación de menores en actividades artísticas, estableciendo reglas claras que protegen sus derechos y previenen abusos.
En cuanto a los derechos relacionados con la propiedad intelectual frente a la inteligencia artificial, se introducen tres principios fundamentales:
De esta manera, se reconoce formalmente los derechos sobre propiedad intelectual y derecho a imagen dentro del marco laboral.
Además, se han establecido especificidades relacionadas con los planes de igualdad, incluyendo protocolos obligatorios contra el acoso. Se introduce también la figura coordinadora para garantizar un entorno seguro en escenas íntimas o sexuales durante las producciones artísticas.
A largo plazo, esta norma contempla evaluaciones continuas con varias propuestas:
Este conjunto normativo representa un avance significativo hacia el reconocimiento pleno y justo del trabajo artístico en España, buscando mejorar las condiciones laborales y asegurar derechos fundamentales para todos los involucrados en el proceso creativo.
La propuesta regula la relación laboral de personas artistas, técnicas y auxiliares en el ámbito de las artes escénicas, audiovisuales y musicales, con el objetivo de mejorar sus derechos laborales y condiciones de trabajo.
Se incorpora un régimen concreto para la participación de menores en actividades artísticas, se limita el trabajo a cuenta ajena y se refuerzan los derechos de propiedad intelectual frente a la inteligencia artificial, además de establecer protocolos contra el acoso en el trabajo.
Por primera vez se regula legalmente su participación, garantizando derechos como la compatibilidad con su vida social y educativa, limitando horarios y jornadas según la edad, y estableciendo un procedimiento único de autorización para todo el territorio.
La reforma establece que la inteligencia artificial generativa no forma parte del contrato artístico sin un acuerdo expreso. Además, se reconoce el derecho a una compensación económica por el uso de su imagen o voz mediante estos sistemas.
Se compromete a evaluar y revisar la regulación en dos años, así como a crear comisiones para fomentar programas de recualificación profesional y estudiar reformas en el régimen de representatividad del sector cultural.