Israel intensifica sus acciones militares en Siria, considerándolas una "obligación religiosa y moral". Jonathan Miller, representante adjunto de Israel ante la ONU, defiende estas operaciones como necesarias ante el derramamiento de sangre. Los ataques aéreos han causado daños significativos, incluyendo al edificio del Ministerio de Defensa sirio en Damasco. La situación en la región continúa siendo tensa y se mantiene bajo vigilancia internacional.
El representante adjunto de Israel ante la ONU, Jonathan Miller, ha justificado las recientes operaciones militares del Ejército israelí contra Siria. En sus declaraciones, enfatizó que no se puede permanecer inactivo ante el “derramamiento de sangre del prójimo”, evocando un pasaje de la Torá para respaldar su posición.
Miller subrayó que estas acciones son vistas por Israel como una “obligación religiosa y moral”. Esta declaración se produce en un contexto de creciente tensión en la región, donde los enfrentamientos han dejado un saldo trágico de víctimas y destrucción.
Las autoridades israelíes han intensificado sus ataques aéreos en Damasco, con el objetivo declarado de desmantelar infraestructuras consideradas amenazas para su seguridad. Este enfoque ha suscitado críticas internacionales, pero el gobierno israelí sostiene que actúa en defensa propia.
A medida que la situación se agrava, la comunidad internacional observa con preocupación el impacto humanitario de estos conflictos. La escalada de violencia plantea interrogantes sobre las posibles repercusiones en la estabilidad regional y las relaciones diplomáticas entre los países involucrados.