Un estudio realizado por Maribel Pastor, profesora del Máster Universitario en Deterioro de la Integridad Cutánea de la Universidad Católica de Valencia, revela que el tratamiento adecuado de las úlceras en pacientes terminales no solo aumenta su supervivencia, sino que también mejora significativamente su calidad de vida en sus últimos días. La investigación destaca que un cuidado inmediato y efectivo de la piel perilesional puede extender la vida del paciente entre dos semanas y un mes, además de proporcionarles mayor confort emocional. Este trabajo, defendido como tesis doctoral con calificación ‘cum laude’, se basa en un análisis longitudinal de cien pacientes en estado terminal y subraya la importancia de los cuidados paliativos adecuados para enfrentar el final de la vida con dignidad.
Una reciente investigación liderada por la profesora Maribel Pastor, del Máster Universitario en Deterioro de la Integridad Cutánea de la Universidad Católica de Valencia (UCV), ha revelado que el adecuado tratamiento de las úlceras en pacientes terminales no solo incrementa su supervivencia, sino que también mejora significativamente su calidad de vida durante sus últimos días. Esta conclusión forma parte de un estudio realizado para su tesis doctoral, que obtuvo la calificación ‘cum laude’ en la UCV.
Según los hallazgos, el tratamiento efectivo y oportuno de la piel alrededor de las úlceras puede extender la vida del paciente entre dos semanas y un mes. Sin embargo, lo más destacado para Pastor es el impacto positivo que este cuidado tiene en cómo los pacientes y sus familias enfrentan el final de la vida. “El tratamiento correcto al ingreso hospitalario tiene una gran influencia en cómo vive el final de su vida”, subrayó.
La especialista explicó que los pacientes incluidos en el estudio suelen tener un tiempo estimado de vida inferior a seis meses, con ingresos hospitalarios promedio de aproximadamente dos meses. Las lesiones por presión, consecuencia de la inmovilidad, son una complicación común en estos casos y representan un desafío significativo para los cuidados paliativos.
Las úlceras provocan un considerable malestar a los enfermos, afectando tanto su pronóstico como su calidad de vida. “Las heridas pueden tener mal olor y secreciones abundantes, lo que resulta extremadamente incómodo”, detalló Pastor. Un adecuado manejo de estas lesiones puede hacer que el paciente se sienta más cómodo y dignificado al enfrentar sus problemas vitales y espirituales.
La investigación también identificó varios factores relacionados con la supervivencia. La disposición del paciente a aceptar cambios posturales tras su ingreso es considerada un factor protector, mientras que la negativa por parte de los familiares a permitir estos cambios se convierte en un riesgo adicional. Otros elementos favorables incluyen una menor cantidad de úlceras, un mejor estado funcional y una adecuada condición de la piel perilesional.
Pastor destacó que múltiples factores afectan la fisiopatología de estas heridas: “La inmovilidad, malnutrición y otros aspectos sistémicos son determinantes”. Su estudio observacional abarcó desde 2020 hasta 2024 e incluyó a cien pacientes terminales del Hospital General Universitario de Valencia y del Hospital Dr. Moliner en Serra, donde predominaban patologías neurológicas y oncológicas.
Se recomienda un buen tratamiento de la piel perilesional, que debe ser inmediato al ingreso hospitalario, para aumentar la supervivencia y mejorar la calidad de vida del paciente.
El tratamiento adecuado puede extender la vida del paciente entre dos semanas y un mes de media.
El correcto tratamiento de las úlceras y lesiones por presión permite que el paciente esté más confortable, lo que tiene un efecto psicológico positivo y les ayuda a enfrentar mejor sus problemas vitales y espirituales antes de morir.
Factores como la tolerancia a cambios posturales, menor cantidad de úlceras, buen estado de la piel perilesional y niveles adecuados de albúmina son elementos que favorecen una mayor supervivencia. Por otro lado, infecciones y mal estado de la piel son factores de riesgo.
Se realizó un estudio observacional, descriptivo y longitudinal con diseño analítico multivariante entre 2020 y 2024 en cien pacientes terminales.