Greenpeace ha solicitado un plan de acción urgente para garantizar viviendas asequibles y sostenibles, en el contexto de la manifestación estatal de vivienda programada para el 5 de abril. La organización ha publicado un informe europeo que destaca la conexión entre la crisis de la vivienda, la pobreza energética y la crisis climática. El estudio revela que el 20,8% de los españoles no puede calentar adecuadamente sus hogares, cifra que duplica la media europea. Greenpeace aboga por políticas que prioricen el ahorro energético y promuevan energías renovables, además de pedir una mayor inversión pública y reformas fiscales justas para abordar estas crisis interrelacionadas.
En el contexto de la manifestación estatal por la vivienda programada para el 5 de abril, que se llevará a cabo en más de 40 ciudades y cuenta con el respaldo de Greenpeace y otros colectivos, la organización ecologista ha presentado un informe a nivel europeo. Este documento examina la actual crisis de la vivienda y su conexión directa con el bienestar social, la pobreza energética, así como las crisis energética y climática, subrayando los significativos efectos que estas situaciones tienen sobre la salud social y del planeta.
El informe titulado Hogares confortables para todas las personas, destaca el problema del acceso a una vivienda adecuada y advierte sobre cómo este sector impacta en la crisis energética y climática, principalmente debido al elevado consumo de gas, que representa aproximadamente el 40% de la demanda total en la Unión Europea.
Greenpeace analiza cómo reducir la demanda energética en Europa mediante medidas de eficiencia e inversiones en energías renovables podría disminuir significativamente la dependencia energética del continente respecto a otras regiones. Esta estrategia no solo contribuiría a mitigar la crisis climática, sino que también favorecería el bienestar social al asegurar un espacio vital seguro donde los costos de calefacción y refrigeración sean accesibles.
María Prado, responsable de campaña de Energía, Clima y Movilidad de Greenpeace, afirma: “La crisis de la vivienda y la crisis climática no son independientes; se alimentan mutuamente. La especulación provoca que suba desorbitadamente el precio de nuestras casas, lo que también eleva nuestras facturas energéticas debido al gas, afectando nuestra salud física y mental”. Además, enfatiza que es necesario abordar ambas crisis conjuntamente mediante políticas que prioricen a las personas sobre los beneficios económicos de los especuladores.
El informe también revela que el aumento del precio de la electricidad y del gas en un 50% ha exacerbado el problema de pobreza energética en Europa. Se estima que más de 50 millones de europeos (el 10,6 % de la población) no pueden calentar adecuadamente sus hogares. En España, esta cifra es aún más alarmante, alcanzando un 20,8 %, lo que equivale a 10 millones de personas.
Además del invierno, Greenpeace señala que existe una falta de atención hacia la pobreza energética durante el verano, a pesar del alto número de muertes asociadas al calor y a los edificios ineficientes.
La organización ecologista sostiene que el costo total relacionado con vivienda (alquiler, energía y otros gastos) representa el mayor bloque del gasto familiar en la UE. En promedio, este gasto constituye alrededor del 23,7 % del total; sin embargo, en España esta cifra asciende al 37,7 %. Esto ocurre en un contexto donde el precio medio de compra de viviendas en Europa ha aumentado un 48%.
Dada esta situación crítica, Greenpeace exige una intervención inmediata por parte de la Comisión Europea, instando a desarrollar un Plan de Vivienda Asequible para la UE. Este plan debería priorizar el ahorro energético e impulsar las energías renovables dentro del hogar para garantizar una transición efectiva hacia una reducción total del uso del gas fósil para 2035.
Greenpeace también reclama garantizar los fondos públicos y privados necesarios sin imponer cargas financieras adicionales a inquilinos o familias con bajos ingresos. En España, se requiere multiplicar por seis la inversión pública destinada a este fin y crear un sistema fiscal coherente que favorezca la rehabilitación habitacional.
A juicio de Greenpeace, estos recursos deberían obtenerse mediante impuestos dirigidos a los grandes contaminantes y especuladores. Según sus cálculos, un impuesto sobre la riqueza podría generar hasta 185.000 millones de euros anuales en toda Europa, constituyendo así una fuente significativa para financiar iniciativas contra las crisis medioambientales y sociales.
Finalmente, Greenpeace aboga por reformas fiscales justas y verdes más amplias que alineen los presupuestos públicos con objetivos centrados en el bienestar social. Un hogar asequible y sostenible debe ser prioritario dentro de estas metas.
Cifra | Descripción |
---|---|
10.6% | Población europea que no puede calentar adecuadamente sus hogares |
20.8% | Población en España que no puede calentar adecuadamente sus hogares |
50% | Aumento del precio de la electricidad y del gas |
23.7% | Porcentaje del gasto total de los hogares de la UE que representa el coste de la vivienda |
37.7% | Porcentaje del gasto total en España que representa el coste de la vivienda |
48% | Aumento del precio de compra de la vivienda en Europa |
185,000 millones de euros | Posible recaudación anual por un impuesto sobre la riqueza de multimillonarios europeos |
El informe tiene como objetivo analizar la crisis de la vivienda en relación con el bienestar social, la pobreza energética y la crisis climática, destacando sus impactos en la salud social y del planeta.
Greenpeace reclama un Plan de Vivienda Asequible para la UE que priorice el ahorro energético, potencie las energías renovables en los hogares y garantice el abandono del gas fósil en el sector residencial para 2035.
El aumento del precio de la electricidad y del gas ha empeorado la pobreza energética en Europa, afectando a más de 50 millones de europeos que no pueden calentar adecuadamente sus hogares.
En España, el porcentaje de personas que no pueden calentar sus hogares alcanza el 20,8%, lo que equivale a 10 millones de personas, duplicando así la media europea.
Greenpeace sugiere implementar impuestos sobre los superricos y grandes contaminantes para generar fondos que ayuden a combatir la crisis medioambiental y social, estimando que un impuesto sobre la riqueza podría recaudar hasta 185.000 millones de euros al año a nivel europeo.