¿Notas que tus piernas se hinchan con facilidad, te duelen o presentan hematomas sin causa aparente? Aunque pueda parecer una cuestión estética o relacionada con el sobrepeso, podría tratarse de lipedema, una enfermedad todavía poco conocida pero que afecta a un gran número de mujeres en todo el mundo.
En muchos casos, las personas que conviven con esta enfermedad tardan años en obtener un diagnóstico correcto. Si reconoces algunos de los siguientes síntomas, lo mejor es acudir a una clínica con experiencia en su abordaje. El equipo de Clínicas Simarro lleva más de 15 años investigando y tratando el lipedema sin cirugía, mediante un enfoque integral que va mucho más allá de los tratamientos tradicionales.
El lipedema es una enfermedad crónica del tejido graso que suele aparecer de forma simétrica en piernas (y a veces en brazos), y que no responde a la dieta ni al ejercicio físico. Muchas mujeres que lo padecen son diagnosticadas erróneamente o escuchan frases como “es tu complexión” o “deberías comer menos”, cuando en realidad están lidiando con una patología con fuerte base genética, hormonal e inflamatoria.
Aunque el lipedema no tiene cura, un diagnóstico temprano y un tratamiento adecuado pueden mejorar notablemente la calidad de vida de quienes lo padecen. Ignorarlo o confundirlo con obesidad puede derivar en daños físicos, frustración emocional y deterioro del bienestar general.
Los síntomas del lipedema pueden variar según el estadio, pero hay algunos signos clave que ayudan a identificarlo:
Además, en muchos casos, estas señales aparecen desde la adolescencia o se intensifican con los embarazos o la menopausia.
El lipedema no se presenta de la misma manera en todas las personas. Por eso, existen distintas clasificaciones que ayudan a los especialistas a establecer un diagnóstico más preciso. Según la distribución de la grasa, los tipos más comunes son:
Además, en clínicas especializadas se han identificado subtipos como el Tipo IV-A, que afecta solo los brazos, o el Tipo IV-B, frecuente en mujeres con normopeso pero con inflamación en las piernas desde la infancia.
En función de la progresión, el lipedema se clasifica en tres grados:
Conocer los grados del lipedema es clave para adaptar el tratamiento a la situación concreta de cada paciente.
Aunque pueden parecer similares, el lipedema y el linfedema son condiciones diferentes. El primero se caracteriza por un aumento patológico del tejido graso que genera inflamación y dolor, mientras que el segundo implica una acumulación de líquido linfático debido a un mal funcionamiento del sistema linfático. Además, el lipedema suele presentarse de forma simétrica, mientras que el linfedema suele afectar solo una extremidad.
Artículo redactado por Comunicare.