Se está iniciando una práctica que, como cunda el ejemplo, saldremos en todos los telediarios de los países desarrollados como una España cuyos habitantes asaltan supermercados para alimentarse.
Como conocí a Sánchez Gordillo, que no es ningún patán ignorante sino un universitario líder del sindicato de obreros del campo andaluz, me intuyo la que se va a organizar en Andalucía, donde el gobierno de Griñán se está sostenido, precisamente, por el partido de Sánchez Gordillo.
Porque es una vergüenza que mientras los consejeros y miles de políticos de la Junta, directivos colocados a dedo en sus empresas públicas, cobran un dineral y gastan a espuertas en coches de lujo, en parafernalia y boato, en miles de comidas y viajes..., cientos de miles de compatriotas estén pasando hambre porque durante ocho años aquí se ha gastado, dilapidado, robado, y pedido prestado para mantener ese estado de bienestar que pagaban otros.
Sánchez Gordillo sabe que su actuación es ilegal, pero creo que ningún juez se va a atrever a meterlos en la cárcel por robar comida y dársela a los hambrientos.
O los políticos se bajan del coche oficial con chófer o lo próximo será que sean asaltados.
La mecha ya está prendida en Andalucía. El ejemplo puede extenderse como la pólvora y entonces ya veremos.