INTERNACIONAL

El gobierno sirio niega la masacre de Tremseh 

Jueves 16 de octubre de 2014

Alemania señala directamente al régimen de Bachar al Asad
La Cruz Roja lo considera una guerra civil



El portavoz del ministerio de Exteriores sirio, Yihad Makdissi, ha afirmado en una rueda de prensa que la tragedia ocurrida en la ciudad de Tremseh no fue una masacre, tal y como lo calificaron los enviados de la ONU durante su visita el sábado en la ciudad y los miembros de la oposición que se encontraban allí, sinó “una resupuesta militar” para combatir a “grupos armados que desafían el plan de Kofi Annan para resolver la crisis en Siria”. Makdissi, además, desmintió las informaciones de Naciones Unidas que explicaban que las fuerzas armadas usaron aeronaves, helicópteros y artillería pasada, y aseguró que el número de muertos durante la operación es de 37 combatientes y 2 civiles, en contra de las más de 200 víctimas que registró la oposición.

Tras la llegada y la investigación, los enviados de la ONU advirtieron que lo ocurrido en Tremseh fue un ataque dirigido a “grupos específicos y casas específicas, en su mayoría desertores y activistas”.

Respondiendo al comunicado de Makdissi, El ministro alemán de Exteriores alemán, Guido Westerwelle, ha querido mostrar su desacuerdo con el régimen sirio y ha culpado a Bachar al Asad de cometer una masacre en la ciudad de Tremseh. En declaraciones al dominical alemán Bild am Sonntag, Westerwelle ha manifestado que al Asad “utiliza armas pesadas como helicópteros, artillería y tanques para una violencia cruel, para una guerra abierta contra su propio pueblo”. El ministro alemán, además, ha recordado otras tragedias en el país como la del pasado 25 de mayo y ha sentenciado que “esto no debe continuar”.

La Cruz Roja también se ha sumado a Alemania y ha confirmado que en Siria se está produciendo una “guerra civil”. Este diagnóstico implica la aplicación del derecho humanitario internacional, el cual dictamina que a partir de ahora las partes del conflicto tienen el derecho de usar la fuerza apropiada para lograr sus objetivos, con la condición que en caso de ataques a civiles, maltrato o muerte de detenidos pueden enfrentarse a condenas por crímenes de guerra.


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