El candidato republicano Romney acusa al presidente de fomentar "la lucha de clases"
La Casa Blanca reluciente, aplausos ensordecedores y Barack Obama sacando pecho ante sus invitados. “La familia media ha visto como sus ingresos caían”, exclama el presidente, y prosigue: “Los ricos se han hecho más ricos”. Los asistentes – la gran mayoría de clase media – absorben sus palabras y se sonríen entre sí. En una atmósfera animada el Presidente de los EEUU explicó ayer que prolongará la congelación de impuestos excluyendo al 2% de la población, el cual comprende a las personas con una renta familiar de 250.000 dólares anuales (200.000 euros).
Con el 8,2 % del paro y a cuatro meses de las elecciones presidenciales, Barack Obama aprovechó el comunicado para criticar a los defensores de las teorías de las élites argumentando que “ya lo intentamos a su manera y no funcionó”. Las reacciones no se han hecho esperar y el líder republicano ha criticado duramente al presidente por prescindir de los ciudadanos con unos ingresos superiores. Mitt Romney, además, ha alertado que la propuesta de los demócratas fomenta “la lucha de clases”. Obama en su campaña del 2008 se comprometió a revocar los dos paquetes de recortes fiscales del ex presidente Bush – que han beneficiado sobretodo a las clases altas - pero tuvo que pactar con los republicanos dos años más tarde para, a cambio, poder mantener el subsidio de los desocupados de larga duración.
El presidente ahora recupera la congelación con el matiz que solo afectará a la clase media y a las empresas pequeñas. Pero es consciente de las dificultades para aprobarla. Con un Congreso dominado por el partido republicano esta propuesta tiene pocas posibilidades de seguir adelante.