TECNO PUNTA

Póker de cámaras para el iPhone 11 Pro

Redacción | Lunes 30 de septiembre de 2019
Apple estrena nuevo modelo de iPhone, y su gama alta, el iPhone 11 Pro, destaca por la presencia de tres cámaras en su parte trasera (un gran angular estándar, un ultra-gran angular y un teleobjetivo 2X), a las que hay que sumar una cuarta para el frontal. Es el mayor cambio en un smartphone bastante continuista en cuanto a diseño, con la novedad del acabado mate frente al brillante de su predecesor, que se sabe ganador gracias a un parque de usuarios fieles a su estética, a iOS y a la App Store.

Para el diseño de distribución de las tres cámaras traseras en el dispositivo se ha optado por la integración dentro de un cuadrado con las esquinas redondeadas, con dos cámaras en vertical, situadas en la mitad izquierda y una tercera centrada en la mitad derecha. Sobre este se encuentra el flash, y completa el bloque de elementos una pequeña rejilla que protege el micrófono responsable de permitir el zoom de audio sobre el objeto enfocado en modo vídeo. Tenemos un gran angular con una distancia focal equivalente a 26mm como cámara principal, con una apertura de f/1.8 y un sensor renovado de 12 megapíxeles. Una vez más, los ingenieros de la compañía americana han optado por huir de la carrera por integrar más megapíxeles en el sensor, en favor de obtener un mayor tamaño de píxel y una mejor respuesta a la luz. Incluye una lente de seis elementos y estabilización óptica, además de un sistema de enfoque por detección de fase con un 100% de Focus Pixels. La segunda cámara consiste en un ultra gran angular que ofrece una distancia focal equivalente a 13 mm, con una apertura de f/2.4 y una resolución de 12 megapíxeles. Ofrece un ángulo de visión de 120º y Apple afirma que es capaz de capturar hasta cuatro veces más imagen. En este caso integra una lente de cinco elementos y es la única de las tres cámaras que no ofrece estabilización óptica de imagen. Para la tercera cámara han elegido un teleobjetivo con una distancia focal equivalente a 52 mm y apertura de f/2.0, que permite un zoom óptico x2. Con respecto al sensor principal, repiten la resolución de 12 megapíxeles, el enfoque por detección de fase y la estabilización óptica de imagen, pero el tamaño de píxel, como era de esperar dada la finalidad a la que está destinada esta cámara, se ve reducido de los 1,4 µm a 1,0 µm.

Esta configuración de cámaras traseras aporta información a un sistema realmente complejo para realizar correcciones en la exposición o el balance de blancos entre otros, que se procesan en tiempo real, de cada una de las imágenes, para lo que se requiere un calibrado de cada una de las cámaras, y de estas entre sí, realmente exigente. Además, el chip A13 Bionic también es el responsable de que el zoom, cuando usamos el vídeo, sea tremendamente fluido, posiblemente el mejor del mercado, pese a que se queda lejos de la capacidad de aumento de la oferta de sus rivales. Un ejemplo más de la decisión de Apple de apostar por una experiencia de usuario más fluida entre los distintos modos de su software fotográfico y de vídeo, y por una integración de las tres cámaras que permita un cambio y una combinación entre objetivos transparente en su resultado final, incluso a costa de renunciar a la guerra en el apartado de otras características técnicas, como puede ser el vídeo en cámara lenta, que no llega a la tasa de fps ofrecidos por la gama Galaxy en su generación anterior.

Y es que la potencia de iOS 13 y la oferta de su ecosistema suponen una combinación brutal y un elemento de compra definitivo para muchos de sus usuarios, que trasciende la calidad del hardware. Resulta sorprendente que la política respecto a las aplicaciones que incluyen compras y transacciones de dinero real sea menos restrictiva que la homóloga de Google, Google Play, como se pone de manifiesto con el caso de los juegos de apuestas en España: si queremos descargar una popular aplicación de poker online, con un iPhone podremos hacerlo directamente desde la tienda oficial, mientras que con un móvil Android nos veremos obligados a conceder permisos para la instalación externa de aplicaciones desconocidas. La consecuencia directa de este tipo de situaciones es una mayor dificultad a la hora de monetizar la inversión a los desarrolladores y mayores riesgos para el usuario en determinados escenarios, lo que redunda en una menor oferta. Gracias a su política -y a un consumidor con una media de gasto en software de terceros muy superior al de Android- el catálogo y la diversidad de las aplicaciones disponibles para iOS permiten encontrar con mayor facilidad las funciones con las que sacar el máximo partido al hardware y las capacidades de interacción de las cámaras, aunque, a priori, este no esté al nivel que exhiben sus más directos rivales.

Por último, la cuarta cámara aparece en la parte frontal, donde se mantiene el “notch”, o “ceja”, que se recorta sobre la pantalla del iPhone 11 Pro, aunque este reduce su tamaño y la integración con el resto del frontal resulta menos chocante que en modelos anteriores. Cuenta con un sensor de 12 megapíxeles y una apertura focal f/2.2, y está acompañada por los sensores que habilitan el sistema de desbloqueo facial Face ID, que capturan más de 30.000 datos de referencia para conformar un mapa del rostro, a lo que se suma una imagen infrarroja del mismo. Gracias al chip A13, se ha reducido el tiempo necesario de reconocimiento en un 30%, y también se han mejorado la distancia, ángulos y condiciones de iluminación necesarias para su correcto funcionamiento.


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