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Visita al Museo Thyssen de Madrid

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Redacción | Martes 07 de mayo de 2019
La capital de España se ha convertido en uno de los destinos favoritos de los turistas extranjeros que visitan nuestro país cada año. La gran variedad cultural, de ocio e incluso gastronómica ha hecho que se disparen las visitas en más de un 30% entre los años 2015 y 2018.

En esta ocasión, fijamos nuestra atención en uno de los grandes reclamos de la capital: el Museo Nacional Thyssen-Bornemisza. Ubicado en el Palacio de Villahermosa del madrileño Paseo del Prado, reúne una formidable pinacoteca que entremezcla con el gran gusto que le caracteriza a maestros antiguos y modernos en una de las colecciones mejor valoradas del mundo del arte, tanto dentro como fuera de nuestras fronteras.

Más de 900.000 personas recorrieron sus salas durante 2018. Estancias en las que se dan cita artistas como Duccio, Van Eyck, Carpaccio, Durero, Caravaggio, Rubens, Sargent, Monet, Van Gogh, Gauguin, Kirchner, Mondrian, Klee o Hopper, entre muchos otros. Alrededor de mil obras que permiten recorrer la historia de la pintura occidental desde el siglo XIII hasta el XX, una enorme colección a la que ahora acompaña una exposición retrospectiva del popular artista francés Balthasar Klossowski de Rola (1908-2001), más conocido como Balthus, que llega desde la Fondation Beyeler en Riehen, Basilea (Suiza), donde ha podido visitarse hasta principios de año.

Una obra controvertida a la par que admirada

Si pensamos en los grandes maestros del mundo del arte del siglo XX, sin duda el nombre de Balthus aparecería entre ellos. Mientras las vanguardias copaban toda la atención, este artista francés con ínfulas posmodernistas demostró su singularidad, no obstante, con reminiscencias de autores como Courbet, Géricault o Poussin, reconocidas por el propio Balthus.

La contradicción en estado puro. Así podría definirse una obra que aún hoy escandaliza, a la vez que embelesa. Lo importante: genera algo, aunque sea debate. Balthus entendió el arte de vanguardia de una manera muy particular, con un estilo que, como el propio museo que ahora alberga su legado, mezcla procedimientos de los maestros más antiguos con toques incluso surrealistas.

20 años han tenido que pasar para que nuestro país vuelva a deleitarse con algunas de las obras más emblemáticas del artista francés. En esta ocasión, 47 en total, que nos permiten hacer un recorrido desde sus inicios en la década de los 20 hasta aquellos años 30 de los que podemos destacar La calle (1933), por primera vez en España, La toilette de Cathy (1933), Los hermanos Blanchard (1937), Los buenos tiempos (1944-1946), Thérèse y Thérèse soñando (1938). Tampoco han faltado a la cita las obras más polémicas de Balthus, y la que hasta hoy en día es la única que se encuentra de manera habitual en nuestro país, del propio Thyssen: La partida de naipes (1948-1950).

La exposición, comisariada por Raphaël Bouvier con el apoyo de Michiko Kono y Juan Ángel López-Manzanares, culmina con una sala dedicada a presentar el resultado de su estudio técnico y del trabajo realizado por el equipo de restauración del museo. Además de otras instituciones y colecciones privadas, cabe destacar la inestimable colaboración del MoMA y el Metropolitan Museum de Nueva York, el Centre Pompidou de París, y el Hirshhorn Museum and Sculpture Garden de Washington; que han hecho posible que podamos deleitarnos con la esencia de Balthus hasta el próximo 26 de mayo en nuestro país.

Más información sobre el evento

Horario

  • Lunes: cerrado
  • Martes a domingo: de 10:00 a 19:00
  • Sábado: de 10:00 a 21:00

Lugar

  • Sala de exposiciones temporales (planta baja)

Precio

  • General: 13€
  • Reducida: 9€

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