En la orilla del lago Nacogdoches, al noreste de Houston, ha aparecido uno de los dieciocho depósitos esféricos del famoso transbordador espacial Columbia.
Como recordarán, este transbordador se destruyó por completo junto a sus siete tripulantes cuando estaban realizando las maniobras para volver a la Tierra.
El fantasmagórico orbe, de un metro de diámetro apareció recubierto de lodo en dicho lago al bajar el nivel del agua debido a la sequía que sufre éste. Será enviado al Centro Espacial Kennedy en Florida, que es el cementerio terrestre del Columbia. Después de ocho años sólo se ha recuperado en torno a un 40% de la nave según nos informa Space.com, ya que el resto o se quemó al entrar en la atmósfera o sigue disperso entre dos estados.
El accidente del Columbia, sin embargo, no comenzó en la vuelta, sino en la propia ida: parte del material aislante del depósito de combustible principal se desprendió y perforó el borde de ataque de una de las alas. Cuando la tripulación se disponía a volver tras dieciséis días de misión, el intenso calor que genera la entrada de un objeto en la atmósfera agravó los efectos de esa perforación y convirtió la nave en una bola incandescente que posteriormente se desintegró en mil pedazos que cayeron a lo largo y ancho de los estados de Texas y Luisiana.
Estos hechos ocurrieron en febrero de 2003, y desde entonces la NASA puso en práctica un programa de revisión en órbita para que los transbordadores fuesen examinados automáticamente justo después de su lanzamiento. Sin embargo no todos estaban de acuerdo con estas medidas, así que el accidente del Columbia condicionó en gran medida que tras ocho años se haya puesto fin al programa con el último vuelo del Discovery realizado el mes pasado.