SOCIEDAD

El perdón de su víctima lo salva de perder la vista

Por Lily Sánchez

Jueves 16 de octubre de 2014

Ameneh Bahramí es una mujer iraní. Tenía 25 años cuando Majad Mohavedí, su despechado pretendiente, le arrojó ácido en la cara, dejándola ciega y desfigurada. Hoy, era el día en el que Ameneh iba a aplicar la ley del Talión, es decir, el “ojo por ojo” a su agresor, pero en el último momento ella le ha perdonado.



Según palabras de la víctima, ha sido la presión internacional la que la ha “forzado” a perdonar la pena a su agresor. Sin embargo, exige 150000 euros como “precio de sangre”, término que se utiliza en la ley iraní para nombrar a las indemnizaciones, para invertirlo en el tratamiento que puede reconstruirle el rostro, algo que ella considera justo después de haber quedado ciega de ambos ojos y desfigurada.

Hasta que no reúna el dinero, su agresor no podrá salir de prisión. El abogado defensor ha declarado que el precio a pagar es exacerbado y totalmente fuera de las posibilidades económicas de su cliente.

Ha sido Amnistía Internacional la artífice de la campaña de presión para que Majad Mohavedí no perdiese la vista de manos de su víctima; al parecer la presión de la organización ha causado efecto, pues esta ejecución estaba prevista para el pasado 14 de mayo y fue anulada sin explicación alguna; desde entonces la coacción a Bahramí por parte de las autoridades ha sido lo que, en el último momento, ha hecho que esta mujer de 32 años perdone a su agresor, tal y como relatábamos al principio.

Las autoridades iraníes se han visto sensibilizadas en este caso por el maltrecho estado de su reputación internacional al conocerse la dura represión que ha sufrido el pueblo por las protestas contra la reelección de Mahmud Ahmadineyad y la lapidación de Sakineh Hastían.


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