El país de Angela Merkel quiere evitar casos como el de la diputada de Los Verdes, que sufrió una campaña de desprestigio por unas declaraciones que jamás salieron de su boca.
La intención es limitar un fenómeno cada vez más preocupante, algo que los alemanes han criticado, ya que coincide en el tiempo con la preparación de las próximas elecciones en el país.
El Ministerio de Justicia alemán ha propuesto este martes una ley que incluye multas de hasta 50 millones de euros a Facebook, Twitter u otras compañías que no eliminan o bloquean mensajes de odio o noticias manifiestamente falsas.
Propone también que las personas responsables de propagar estos mensajes también podrán verse obligados a pagar una multa de hasta cinco millones de euros, aunque la propuesta tiene que ser revisada por el Gobierno y, después, ser ratificada en el Parlamento.