Mariano Rajoy y Pedro Sánchez, pactaron en enero celebrar una reunión cara a cara sobre la investidura con el fin de acercar posturas entre los dos partidos pero al final el encuentro no llegó a celebrarse por discrepancias sobre cómo hacer pública la cita.
Fuentes próximas a Rajoy y Sánchez confirmaron a Servimedia que ambos acordaron verse "para comer o tomar café" el pasado 18 de enero "fuera de La Moncloa", en territorio neutral, con el objetivo de encontrar una salida política al resultado de las elecciones generales. Sin embargo, el encuentro se truncó "pocas horas antes" porque los respectivos equipos fueron incapaces de consensuar los detalles.
Los detalles de aquella cita fallida han permanecido en secreto hasta ahora porque ninguna de las dos partes ha tenido demasiado interés en explicar que Sánchez y Rajoy fueran incapaces de sentarse a negociar para buscar un acuerdo de gobierno que pudiera incluir a las dos principales formaciones políticas del país.
Esa reunión buscaba recuperar relaciones tras la entrevista que Rajoy y Sánchez mantuvieron en La Moncloa el 23 de diciembre, tres días después de la cita con las urnas y en la que ambos se saludaron con frialdad en las escalerillas del edificio del Consejo de Ministros. Aquella charla duró apenas 45 minutos y sólo sirvió para evidenciar el distanciamiento entre ambos.
Tras las navidades y la sesión constitutiva del Congreso de los Diputados el 13 de enero, los dos dirigentes recuperaron el contacto y acordaron mantener una nueva reunión que rápidamente fijaron para el lunes 18 de enero. Los equipos empezaron a negociar los detalles pero la cita no llegó a producirse y todavía ahora, tres meses después, se culpan respectivamente del fracaso.
Fuentes socialistas aseguran que la reunión se canceló porque La Moncloa se negó a hacer público el encuentro por anticipado, ya que Pedro Sánchez estaba interesado en un anuncio previo e incluso en una convocatoria para medios de comunicación que permitiera captar fotografías e imágenes como había pasado en enero.
Según la versión del secretario general del PSOE, Rajoy se empeñó en que la reunión fuera discreta y sólo se informara de ella a posteriori con una nota de prensa y una imagen, como había pasado en octubre con una comida que unió a ambos en La Moncloa para defender la unidad de España y la Constitución frente al desafío independentista catalán de Artur Mas.