Save the Children condenó este sábado el ataque a un hospital de Médicos sin Fronteras (MSF) en la ciudad afgana de Kunduz, y expresó sus condolencias a las familias, amigos y compañeros de los nueve trabajadores humanitarios muertos en el bombardeo.
Según Andrés Conde, director general de Save the Children España, es inadmisible que hospitales o escuelas se conviertan en objetivos militares.
Las partes en conflicto tienen la obligación de respetar la labor humanitaria y a la población civil, concluyó.
Esta instalación, que ha quedado destruida, era el único centro hospitalario de referencia en la zona.