El país asume su primer déficit desde 1980 por la importación de energía eléctrica.
Un año después de que el terremoto de 9,0 puntos en la escala de Richter y el tsunami producido por el primero arrasara la ciudad japonesa de Fukushima, las heridas todavía sigue latentes en Japón. La catástrofe dejó la cifra de 15.854 muertos y más de 3000 desaparecidos.
El problema que surge ahora en Japón es el suministro eléctrico. De los 54 reactores atómicos solo están en funcionamiento dos de ellos. Este apagón ha tenido numerosas consecuencias en la economía nipona. Entre ellas, la más importante ha sido el déficit al que se enfrenta el país: el primero desde 1980 por importancia de electricidad.
La temporada de invierno se ha llevado sin problemas y sin ningún tipo de apagón eléctrico, pero las previsiones no son positivas para el verano ya que, con solo dos de los 54 reactores en funcionamiento no se garantiza que el suministro eléctrico cubra toda la demanda del país en los meses estivales.
La población japonesa se plantea ahora el debate de abrir o no las fábricas nucleares. “Japón no puede prescindir de la energía nuclear”, es una de las afirmaciones dichas por el director de comunicación de una de las centrales nucleares. Mientras tanto, los japoneses defienden el uso de las energías renovables pero afirman que no es fácil prescindir de la energía nuclear.