Al menos 940.000 niños que viven en áreas gravemente afectadas por el terremoto de Nepal necesitan ayuda humanitaria de manera urgente, según Unicef.
El terremoto del sábado, de magnitud 7,9, y las cerca de 60 réplicas han causado "una enorme devastación" en gran parte del país, según informó la organización, incluyendo más de 3.000 muertes y la destrucción generalizada de edificios.
"Me estoy dando cuenta poco a poco del enorme impacto que tendrá en la gente y los niños de Nepal. Tantas vidas perdidas, tantas casas destruidas y un daño irreparable a lugares patrimonio de la humanidad. Las carreteras están rotas y todo el mundo está por las calles mostrando su solidaridad y ayudando a los demás. Ha habido más de 60 réplicas, algunas de ellas de 6,7 en la escala de Richter. No hay saqueos, algunas personas incluso están cantando. Es duro, muy duro, seguir adelante, pero sé que el pueblo de Nepal lo hará", declaró Karin Hulshof, directora regional de Unicef para Asia Meridional.
Faltan agua y alimentos, hay cortes de electricidad y las redes de comunicación están caídas, mientras cientos de miles de personas pasan la noche en espacios abiertos, por temor a nuevos temblores. Además, las fuertes lluvias pueden empeorar aún más las condiciones.
Según Unicef, esta crisis deja a los niños particularmente vulnerables. El acceso limitado a agua potable y saneamiento pondrá a los menores en riesgo de contraer enfermedades que se transmiten por el agua, mientras que algunos pueden haber quedado separados de sus familias.