Debido a una deuda con la Seguridad Social, de más de 900.000 euros, se empezó ayer a embargar muebles del colegio privado y bilingüe Santa Illa, fundado en 1959 en el madrileño barrio de Chamartín.
El embargo se produjo con los propios alumnos dentro de sus aulas, los cuales quedaron perplejos con tal situación.
Esta mañana la Dirección General de la Tesorería de la Seguridad Social ha admitido una orden para paralizar el embardo y devolver los pupitres, pizarras y demás herramientas escolares a su normal ubicación, los cuales se concentraban en un depósito de Coslada.
Uno de los funcionarios, Andrés Ruiz, ha visitado esta mañana el colegio para comprobar su estado tras los rumores de la posible paralización del embargo.
Al salir de éste, ha comunicado que el embargo se ha podido paralizar por la posible alarma social que se ha creado y por el problema que puede causar la falta de bienes para el colegio en pleno curso académico. Comunica que es un caso excepcional, puesto que no se puede comparar un colegio con alguna otra institución, resalta que en 23 años de profesión no ha visto nada parecido.
"Esto lleva una trayectoria muy larga. Este señor estaba enterado y tenía que haber puesto en conocimiento de todo lo que pasaba tanto a los trabajadores como a los padres", ha declarado Ruiz.
Manuel Díaz, responsable del área académica del colegio, ha declarado en el programa "Hoy por hoy" de la cadena Ser, que el lunes comenzarán las clases con total normalidad. También ha comunicado que ayer realizó el colegio una reunión con todos los padres para explicarles la situación y tranquilizarles.
En el mismo programa radiofónico han declarado algunos padres su apoyo al colegio, piensan que es un colegio excelente con un gran equipo profesional. En tanto, resaltan que se ha avisado muy tarde del embargo, puesto que la empresa anunció el embargo el día anterior y hubiera sido más conveniente realizar el embargo el sábado.