El equipo de Emery volvió a conseguir un nuevo triunfo, esta vez frente al Leicester, por 1-0 en un partido con dos partes muy distintas.
De nuevo en tierras austriacas, el Valencia venció y ya lleva la línea victoriosa que reclama el técnico desde el banquillo. Hoy era un día de pruebas y así se notó en el campo. En la primera parte, Emery salió con el típico 4-4-2 y se pudo ver que es el sistema que más aprendido tienen los jugadores.
El partido no fue muy distinto del anterior disputado el martes. En los primeros diez minutos el balón corría y corría sin dueño claro, hasta que Maduro y Albelda se impusieron a Abe y el Valencia comenzó a dominar. Pieza clave del dominio valenciano fue el francés Feghouli, muy activo durante los 45 minutos y con varias ocasiones de gol.
El equipo ché se acercaba a las inmediaciones de Schmeichel, pero no conseguía conectar un disparo certero hasta que, en el minuto 22, el balón le llegó a Aduriz abierto en la parte derecha, recortó a su par y puso el cuero en el punto de penalty para que Jonas rematara de primeras. Así, el Valencia se adelantaba en el marcador.
Y dos minutos más tarde, de nuevo Jonas estuvo cerca de marcar, pero el meta danés colocó bien la mano y mandó el balón a córner. El Leicester necesitaba despertar y Gallagher lo intentó con un disparo lejano, pero Guaita lo detuvo con mucha facilidad. Con poco más se llegó al final de la primera parte.
En el segundo acto entraron otros once jugadores en el césped por parte del Valencia, incluyendo a Dani Parejo, que debutó. Los cuatro fichajes estaban en el campo y Emery puso su querido 4-3-3. Un sistema trabajado en los entrenamientos, pero se notó que era la primera vez que se ponía en juego en un encuentro, que era el primer partido de Parejo y que Portu no es ni Banega ni Tino Costa.
Los jugadores no encontraban el hueco. Había mucha gente en el medio del campo y la defensa rival estaba muy atenta. Así las ocasiones por parte de ambos equipos no existieron en todo el segundo acto hasta los cinco últimos minutos. Por parte del Leicester, Howard estuvo muy cerca de empatar. La defensa ché se durmió ante un balón largo, Alves salió en falso y el delantero remato obstaculizado y, por ello, su remate no cogió portería. Y a la siguiente, Roberto Soldado se fue por velocidad de su par y disparó fuerte, pero Schemeichel volvió a sacar el gol.
El partido acabó dejando buenas sensaciones en el seno valencianista, pero queda pulir y mucho el 4-3-3 para que dicho sistema sea utilizable en la temporada que entra.