La Universidad Complutense de Madrid es solvente ante las entidades bancarias pagando una deuda que arrastraba desde el 2000 de 66 millones de euros.
Aún así, el centro todavía debe 150 millones a sus proveedores, además de tener un remanente de tesorería negativo y un déficit estructural en la financiación de los gastos de personal.
Hace doce años se firmaba un convenio entre la Administración general del Estado, la Comunidad de Madrid y las universidades públicas que proponía la limitación de su endeudamiento y la conservación de un equilibrio presupuestario. De este modo, la deuda a las entidades bancarias comenzó a amortizarse en 2004 y acabó este año.
El presupuesto de la UCM de 2012 es de 545 millones y la deuda hacia sus proveedores es superior a 150 millones de euros. En 2008, la Comunidad de Madrid eliminó los planes de inversiones de 640 millones que estaba previsto que concediese del 2007 al 2011.
José Carrillo, el reciente rector de la Complutense, presentaba las propuestas de austeridad y planes de ahorro para solventar la deuda. Asimismo, la Comunidad de Madrid ha reducido su inversión en las universidades públicas y éstas reclaman 250 millones por deudas de personal y gasto corriente.
El remanente de tesorería se trata de la capacidad económica para hacer frente a las deudas. Actualmente es de 12 millones de euros. También hay un déficit estructural de financiación de los gastos de personal de 23 millones de euros. Es decir, los sueldos y salarios de los funcionarios y su seguridad social.
Por ello la universidad valora que el recorte se agudizará aún más. Se necesitará evaluar rigurosamente las necesidades para proceder al gasto y éstos deberán ser esenciales. Además, se prevé que no se podrá pagar la deuda de los proveedores en más de un año.