Si las relaciones de pareja de los reyes de España hiciesen aguas, Letizia no podría pedirle el divorcio al inviolable Felipe.
Para separarse, tendría que ser él quien lo solicitase o alcanzar un acuerdo entre ambos. "Si ella presentase una demanda, sería inadmitida", explica Verónica del Carpio, abogada y profesora de Derecho Civil en la UNED, quien critica que "nadie se pueda querellar contra el rey".
"Los constitucionalistas siempre han interpretado que no se puede llevar a los tribunales al monarca si comete un delito", recuerda Carpio respecto al artículo 56 de la Constitución, que establece que su persona es inviolable y no está sujeta a responsabilidad. "Ni tampoco se le puede demandar por la vía civil, caso del divorcio".
Distinto sería si Felipe tomase la decisión de separarse: "En el supuesto de que la demanda fuese presentada por él, se admitiría, lo que supone una decisión unilateral que se impone a la otra parte", añade. "El divorcio, entonces, se concedería sí o sí".
En ese hipotético caso, ¿quién se quedaría con las hijas? "Me gusta hablar con documentos en la mano, pero las capitulaciones matrimoniales de Felipe y Letizia son secretas", advierte la abogada, quien reclama transparencia. "Si nos atenemos a lo publicado en la prensa, el pacto entre ambos cónyuges es extraordinariamente extenso y en él han colado de todo y por ejemplo, está establecido “que la custodia quedaría en manos de Felipe", afirma Carpio.