Ahora que el juez Ruz indaga para descubrir la la identidad del político que tiene seis cuentas en Suiza habría que aclararle que se ande con cuidado.
No sólo se va a encontrar con un político cercano a Luis Bárcenas. No, En Suiza, y en muchos paraísos fiscales, nuestros políticos, esos que presumen de honradez, y por supuesto también Juan Carlos de Borbón, tienen sus dineros escondidos de Montoro. Y no son ni uno, ni dos, ni tres. Son centenares, si no miles, los que han favorecido a la empresa, a la multinacional, al amiguete, a cambio de una cantidad como el portavoz del pesoe en la Cámara Alta, Marcelino Iglesias, al que una empresa zaragozana ha desvelado que le pagó un millón de euros por desbloquear un proyecto industrial en La Muela.
Cada vez que un político, con poder para favorecer a una entidad, otorgaba un proyecto, el correspondiente soborno era depositado en el lugar correspondiente. Por supuesto que todo el sector empresarial de cierto nivel, constructoras de obras públicas, preferentemente, tienen claro que para seguir operando en España deben ser generosos con los que tienen acceso al BOE. Y como muchas de esas empresas son multinacionales, ya tienen los departamentos acostumbrados a ingresar las coimas, los sobornos, en cuentas de paraísos fiscales sin que se reflejen en sus contabilidades. Por supuesto que los bancos también. Y no hay auditoría ni inspección que logre descubrir esas aportaciones escondidas, a menos, claro, que haya chivatazo interno.
Magdalena Alvarez, por poner un ejemplo, o Pepiño Blanco, que por sus manos han pasado presupuestos de miles y miles de millones, mientras eran ministros, para grandes obras de infraestructuras, imagino que no habrán sido la hermanita de la caridad. Los del pesoe nunca lo fueron. Cuando accedieron por primera vez al gobierno, en el ochenta y dos, lo primero que hicieron fue tarifar al corrupción. A partir de ese momento los empresarios ya tenían claro cuanto había que pagar y a quien. Lo de Filesa, por ejemplo, fueron los comienzos. Con los años los sobornos se han sofisticado y el ingresar en cuentas opacas se ha generalizado. Habría que seguirle la pista a muchos áticos en Marbella, no sólo al de Ignacio González, a muchos, les han salido gratis total, a políticos de varias autonomías. Yo, personalmente, conozco varios casos, con pelos y señales de constructoras que cotizan en el IBEX y han regalado un ático al político que en determinada comunidad autónoma repartía las obras públicas.
Porque se dice que la mayoría de nuestra clase política es honrada. Imagino que se refieren a los que no tienen poder de enriquecer a la empresa de turno... Porque por esos es muy arriesgado poner la mano en el fuego. Seguro que te abrasas.