Rusia considera que la UE se ha "divorciado de la realidad" al imponer ayer otra ronda de sanciones a Rusia, reflejadas en la restricción de viaje y congelación de activos a otros 12 ciudadanos rusos y ucranianos, por las acciones del país en Crimea.
"Es una lástima que el Consejo Europeo haya decidido divorciarse de la realidad. Creemos que es hora de volver a una cooperación pragmática que sirva a los intereses de nuestros países. Sin embargo, está claro que Rusia se reserva el derecho de dar una respuesta adecuada a la acción emprendida", argumentan en un escueto comunicado del Ministerio de Exteriores ruso.
En otra nota de acompañamiento, el Ministerio ha declarado su esperanza de que la futura misión de observación de la OSCE sirva para resolver la "crisis interna en Ucrania" y "detener el bandolerismo nacionalista y las tendencias ultra-radicales de erradicación".
La decisión de enviar la misión, adoptada por unanimidad por los 56 integrantes de la organización, tiene como objetivo que este grupo supervise sobre el terreno las situaciones de Derechos Humanos y seguridad. La delegación, que tendrá su base en Kiev, estará compuesta inicialmente por cien observadores civiles pero podría ampliarse con otros 400.