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¿Cambiará algo el gabinete de Rajoy con las europeas?

David Rodríguez | Jueves 16 de octubre de 2014

La cercanía de las elecciones europeas y el debate sobre el Estado de la Nación con el que Rajoy piensa marcar una línea divisoria clara entre el Gobierno de la crisis y el de la recuperación, tienen en vilo al Ejecutivo.



Ministros y Partido Popular aguardan los cambios que estudia el presidente sin atreverse a concretar, sin embargo, si éstos serán de corto o más largo alcance para afrontar la nueva etapa de una agenda política mucho más amable; mucho más política que la anterior y condicionada, en primerísimo plano, por un intenso calendario electoral (europeas, autonómicas y municipales y generales entre 2014 y 2015) y, en segundo plano, por una reforma fiscal en la que el PP tiene puestas grandes expectativas para mejorar la percepción ciudadana del Gobierno.

Los cambios están al caer, razonan los conservadores; inmediatamente antes o inmediatamente después del debate en el Congreso, concretan. En el partido llevan tiempo sin ocultar su preferencia por una crisis "a fondo", que se lleve por delante, junto con los ministros más cuestionados, la rémora del incumplimiento del programa electoral (subida de impuestos, sobre todo) y acalle las grandes polémicas (de la ley de Educación, la reforma del aborto o la división interna por el malestar de las víctimas de ETA).

Todos 'quemados'

Una crisis "a fondo" del Ejecutivo, sin embargo, parece complicada por cuanto los ministros cuestionados o 'quemados' son todos (ninguno aprueba), empezando por el presidente del Gobierno (2,2 sobre 10 en el barómetro del CIS conocido el mes pasado) y terminando por queel mejor valorado, el titular de Agricultura, Miguel Arias Cañete (3,17), es en estos momentos quien tiene mayores posibilidades de salir para liderar la lista del PP al Parlamento Europeo.

El único inconveniente, razonan en el partido, lo tiene el propio Cañete, que no quiere someterse a un proceso electoral a estas alturas de su carrera política, sino simple y llanamente sentarse en un sillón de comisario europeo.

En el PP, sin embargo, hasta dan el nombre del sustituto del ministro de Agricultura en el Gobierno: el presidente de Castilla y León, Juan Vicente Herrera, cuya marcha de la Junta no ha sido confirmada oficialmente en ningún momento, aunque se da por hecha desde hace tiempo, incluso con su propia guerra de sucesión abierta en el Gobierno autonómico.

Y es que Mariano Rajoy, explican los conservadores, tiene aprecio y en "gran consideración" al jefe del Ejecutivo castellanoleonés, por lo que ésta sería la mejor forma de compensarle por su apoyo y las mayorías absolutas en la región (cerca de 13 años gobernando con tres mayorías absolutas).


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