ETA asegura en su último comunicado remitido al diario Gara su compromiso de "realizar aportaciones significativas para alimentar el proceso, sin tardar", pero no hace mención alguna a una posible entrega de las armas o disolución.
En lugar de eso, insiste en una negociación para "conseguir una paz estable y duradera", exige el "desarme" de España y Francia y acusa al Gobierno de instalar un "estado de excepción" en el País Vasco "a través de la violencia".
"¿Para cuándo el desarme de los estados español y francés?", se pregunta la banda terrorista en el documento en el que aboga por priorizar el fin de las vulneraciones de los derechos humanos "aquí y ahora" así como las trabas a los derechos civiles y políticos y las medidas de excepción penitenciarias.
La organización insiste en iniciar un proceso amplio de diálogo en Euskal Herria, con el objetivo de llegar a acuerdos para avanzar. Y junto a ello propone defender lo que se pacte aquí ante los estados español y francés "con una sola voz y con firmeza" para "conseguir la paz estable y duradera".
En el marco de esa negociación ETA se ofrece a "tomar parte en las conversaciones que se puedan utilizar con el objetivo de lograr la resolución y la paz" para ofrecer su "punto de vista y para introducir en la agenda de diálogos las cuestiones que afectan directamente" la banda que, según dice, "están entre los ingredientes para una resolución integral".
Con esto ETA se refiere a las denominadas consecuencias del conflicto que afectan a su desarme, a sus presos y huidos y a la salida de las fuerzas de seguridad y el Ejército del País Vasco y Navarra.
Poner en el centro el "sí de Euskal Herria"
El comunicado está fechado el pasado 29 de enero y por tanto es anterior a la visita del lehendakari Iñigo Urkullu a Madrid para reunirse con el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, al que propuso un plan para flexibilizar la política penitencia que contempla acercamientos y excarcelaciones de presos en función de una serie de requisitos y plazos.
No obstante, ETA afirma que "más que ir a escuchar el no de España, es hora de concretar una acción para poner el sí de Euskal Herria en el centro y en vías de materialización".