La selección española de fútbol sala afronta mermada y en alerta su primer partido clave en el Europeo de Bélgica este martes cuando se mida a una amenazante Eslovenia por un puesto en las semifinales del torneo. Pero nuestra historia nos precede.
España, hexacampeona continental, nunca se ha quedado fuera de las semifinales de esta cita, y únicamente en la edición de 2003 no alcanzó la gran final, tras ser eliminada por la anfitriona Italia.
Los de Venancio López, tras una primera fase con alguna dudas y plagada de problemas físicos, tendrán que hacer valer su experiencia y potencial para deshacerse de un rival que aspira a acabar con la racha de la subcampeona mundial.
El partido llega en un momento complicado para la actual campeona, lastrada por la importante baja de Jordi Torras, uno de los veteranos y líderes, por una esguince de grado II en el ligamento lateral interno de la rodilla izquierda, producido en una jugada fortuita ante los checos y por la que ha dicho adiós al torneo.
En el bando positivo, el seleccionador recupera a Miguelín, con cuyo poderío ofensivo no había podido contar todavía, y a Lin, el mejor en el estreno ante Croacia, pero que no jugó ante la República Checa.
Estas recuperaciones han elevado el poderío de la selección española de cara a medirse a una Eslovenia, en un escalón inferior que los de Venancio López, pero que ha demostrado últimamente su peligrosidad y que acude más confiada que si enfrentara a un rival en condiciones 'normales'.
Y es que los eslovenos dieron una de las sorpresas en el torneo al ganar a una de las más serias aspirantes, Italia, a la que derrotó por 2-3, aunque luego demostraron que aún les falta más solidez porque perdieron contra Azerbaiyán en un partido 'loco' (6-7) y se condenaron a cruzarse con España.
Además, los de Andrej Dobovicnik fueron capaces de arrancar un anímico y positivo empate con los españoles en uno de los dos amistosos que disputaron en su casa (5-5), aunque en el otro cayeron por 0-3.