El Betis sigue sin levantar cabeza y este viernes abrió la vigésimo primera jornada de la Liga BBVA con una derrota (4-2) ante el Celta de Vigo en Balaídos, lo cual supone que ya ni tener nuevo técnico garantiza que gane algún punto.
La caída libre de los andaluces se convierte semana a semana en una muerte anunciada. El tercer técnico esta temporada para el Betis, Gabriel Humberto Calderón, no tuvo el efecto victorioso con el que se suele identificar a estos cambios en los banquillos.
Los locales contaron con un inspirado Charles, que volvía después de perderse el duelo ante el Espanyol y lideró a los de Luis Enrique en una victoria que les permite respirar algo más alejados del descenso.
No fue un buen partido de los celtiñas, pero sí lo suficiente para herir de gravedad a un Betis que se adelantó en el marcador. Los primeros minutos fueron de los de Calderón y por ello se adelantaron gracias a Rubén Castro, que volvía a marcar en Liga después de hacerlo precisamente por última vez ante el Celta en la primera vuelta.
Sin embargo, la reacción de los locales no se hizo esperar. Comenzó a aparecer la calidad de los de Vigo, en especial Rafinha que puso un balón en la cabeza de Orellana para empatar el partido.
La defensa bética no estuvo acertada, como tampoco lo estuvo en el segundo local, obra de Charles a la media hora. El golpe para los andaluces fue contundente y se hizo notar antes del descanso con otra jugada desacertada en defensa, que aprovechó Orellana de nuevo (3-1).
Pese al duro golpe, el Betis volvió a salir con ganas y mejor que su rival en la segunda mitad. En esta ocasión el Celta no encontró mejora con el paso de los minutos, pero solo con ser paciente y no cometer errores tenía suficiente.